martes, 5 de enero de 2016

Navidades, tradiciones y el timo del cristianismo



Vuelvo al blog tras las vacaciones pero no lo hago con una anécdota histórica (aunque tengo una genial preparada, a la cual le estoy dando los últimos retoques) sino con un pequeño articulito de opinión que mi intención es que no se alargue en exceso.

De un tiempo a esta parte no hago más que leer criticas (muy parecidas entre ellas la gran mayoría, por cierto) en las redes sociales hacia todos los diversos intentos que estamos viendo por parte de los llamados “Ayuntamientos del cambio” por hacer cambios en las fiestas de la navidad y quitarles ese revestimiento religioso del que están barnizadas en este país. Y sí, soy consciente de que la navidad es una fiesta religiosa, no necesariamente cristiana, pero si, con un trasfondo religioso.

Eso sí, sus orígenes no hacen que la navidad deba convertirse en algo religioso, ni mucho menos… En el fondo todas las celebraciones humanas están basadas en cuestiones religiosas sin que ello haya evitado que a lo largo del tiempo estas hayan cambiado. Y esto es algo de lo que hay que hablar, parece obvio que Jesús de Nazaret no nació en Diciembre, sino que lo hizo, según cálculos, a finales de verano, seguramente en Septiembre. ¿A que así cuadra más que haya pastores y ovejas al aire libre? La elección del día 25 de Diciembre parece ser posterior, del S. III, y con ello se buscaba adaptarse al mundo romano haciéndola cuadrar con una festividad latina. Y que mejor para celebrar un nacimiento que la festividad la del Sol Invicto, incluida durante los Saturnales romanos, que se celebraba durante el Solsticio de Invierno, concretamente el día 25 de Diciembre.

Con esta explicación simplemente quiero decir que la navidad no es más que la celebración del solsticio de invierno, que los cristianos igualaron al nacimiento de su dios como muchos otros pueblos lo hicieron con anterioridad, por ejemplo los romanos con el sol, aunque hay más. Horus y Osiris (su historia es calcada a la de Jesús), Hermes, Buddha, Zarathustra, Krishna… En fin… Que los seres humanos llevamos celebrando los solsticios (también el de verano, ojo, recordad las hogueras en San Juan) desde mucho antes que el cristianismo se apoderará de las celebraciones.

Es por ello que no entiendo las críticas desde parte de algunos sectores hacia las decisiones de los nuevos alcaldes para quitarle la capa cristiana a la celebración y tratar de hacerla más accesible para todo el mundo. Me hace gracia sobre todo oírles escudarse en una tradición que como hemos visto no es suya, sino de otros… Celebremos los Saturnales, ¿Por qué no? Si hablamos de tradición la celebración de esta fecha nos viene desde Roma. Y si lo importante es la antigüedad… Esto, obviamente, es una chorrada, pero es una demostración de lo absurdo que es el argumento de la tradición.

La cuestión es bastante más seria. Sobre el papel España es un país laico, sin religión oficial, y por lo tanto todas estas fiestas, que pueden celebrarse sin problemas, no deberían contar con apoyo estatal. Por supuesto, esto no pasa, la Iglesia Catolica sigue estando pegada al estado, viviendo de él a través de los impuestos y además libre de ciertas cargas como el IBI. Ojo, los mismos que critican que se usen sus impuestos en no celebrar algo religioso parecen obviar que durante años se han celebrado sus religiones con los impuestos de otra gente que no cree en lo que ellos creen.

Pongamos un ejemplo. Imaginemos que mañana Joan Ribó decide empezar a pagar a todos los que lo deseen entradas para ir a Mestalla a ver el Valencia C.F. ¿Cómo reaccionarían los no valencianistas? Dirían que esto es una locura, que jamás se debe usar dinero público para aficiones privadas (Y digo esto siendo consciente de que el Valencia fue rescatado con dinero público, pero el ejemplo sigue valiendo). Entonces, ¿Por qué a nadie le parece mal que se gaste dinero público en celebraciones cristianas? Cada uno es libre de celebrar y creer en lo que considere oportuno, pero con su dinero y en sus iglesias… No en la calle y con el dinero de los demás.

Y no me quiero ni imaginar la que se montaría si algún ayuntamiento apoyara una celebración musulmana…

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