viernes, 13 de marzo de 2015

Peste, higiene y religión



La de hoy será cortita. Pero espero que interesante. Y está pensada para acabar con una creencia extendida pero que dista bastante de ser real, hablo de la higiene durante la Edad Media; o más bien la ausencia de ella.

Higiene en el medievo


Obviamente la higiene medieval distaba de ser tan buena como la nuestra, como es obvio, pero esto es algo que también podemos extrapolar a otras épocas que consideramos mas "limpias"  como la época clásica. Bien es verdad que en la Antigua Roma existían, por ejemplo, baños públicos y se tenía cierta costumbre de lavarse, pero eso no quitaba que a nivel total distara de ser satisfactorio. Y es que por ejemplo, pese a lo que dice el tópico, los baños públicos, provenientes de la cultura romana, siguieron existiendo durante gran parte de la Europa Medieval, como mínimo en las grandes ciudades de tradición clásica.

El problema higiénico medieval fue debido, mas bien, a cuestiones religiosas o de moral que a falta de infraestructuras. Tanto en las ciudades, con los baños, como en la zona rural, con multitud de fuentes de agua como ríos o lagos, hubiera sido posible materialmente mantener una higiene correcta. El problema fue otro, más bien derivado de cuestiones morales, relacionados con el auge del cristianismo y su exagerada moralidad.

Moralidad


Y es que durante el Imperio Romano Tardío los baños incluyeron otros servicios que ya no estaban bien vistos por la moral imperante, ya que no era extraño encontrar una oferta de sexo. Esto hizo que el propio baño pasará a ser considerado lujurioso y solo se consideraba decente el aseo de cara, manos y brazos; ya que por ejemplo las extremidades inferiores o el torso estaban demasiado cerca de determinadas zonas consideradas impúdicas.

Por supuesto, hay que entender que todas estas consideraciones morales afectaban más a la alta sociedad que al pueblo. En un momento en que el honor y la dignidad eran básicos para las clases altas esto hizo que la falta de higiene se convirtiera en la tónica. Por contra para el pueblo esto no era importante y los baños públicos, convertidos algunos ya sin ningún pudor en prostíbulos, siguieron siendo usados durante toda la Edad Media. Solo una serie de problemas con enfermedades venéreas, como la sífilis, durante el Renacimiento, los harían desaparecer.

Lo curioso, y lo paradójico, de todo esto es que cuando a finales de la Edad Media llegó la Peste Negra y arrasó con un tercio de la población que vivía en Europa los mismos garantes de la moral se empeñaron en buscar motivos en la ira divina a causa de la vida disoluta de muchos. El principal problema de esta teoría era que, como es lógico, los que frecuentaban baños públicos, antros de perversión, sufrían en menor medida la enfermedad gracias a la higiene; mientras que los que seguían una vida puritana sufrían con el máximo rigor su impacto debido a que era impúdico algo tan simple como limpiarse.


Y es que la Iglesia Católica no solo ha causa muertes con las guerras de religión, sino que otras cosas como su moral y su puritanismo han causado también problemas, y lo siguen haciendo, ya que su manía por hacer inmorales los preservativos sigue provocando muertes día tras día por el SIDA.

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